Para cualquiera que busque la emoción de la velocidad en los caminos de tierra más difíciles, pero quiera algo más que un simple cuadro de carbono, aquí tenemos una bicicleta con alma, llena de tradición, hecha a mano en Italia por los maestros artesanos de Cambiago.
La C68 Gravel es una bicicleta de gravel rápida, sólida y precisa que es divertida de manejar. La holgura para neumáticos de hasta 42 mm es el mejor equilibrio entre velocidad y manejabilidad. La construcción modular y el diseño limpio y cuidado en los detalles lo hacen único. El savoir-faire de las mismas manos que fabricaron las bicicletas de los mayores campeones de la historia del ciclismo continúa en un modelo que ya es un clásico.
El C68 puede alojar neumáticos de hasta un ancho nominal de 42 mm. La decisión de no ir más lejos es deliberada: la C68 Gravel es una bicicleta rápida, precisa y ágil. Un espacio libre más amplio habría cambiado sus propiedades de conducción.
La C68 Gravel está diseñada para ofrecer una amplia gama de complementos, en particular para diferentes manillares y horquillas de suspensión.
El alcance más largo y la pila más alta en comparación con otras bicicletas de gravel de la categoría. Esto ofrece una experiencia de conducción ergonómicamente superior, perfectamente adaptada a paisajes más desafiantes, manteniendo al mismo tiempo un enfoque agresivo en general.
El cuadro está construido a partir de varias piezas de carbono ensambladas a mano en Italia mediante uniones y enclavamientos. El número de piezas que completan el cuadro es el mismo que el de la anterior serie C (C64).
Las bandas de carbono se aplican manualmente en la unión entre los módulos de carbono, después de lo cual se liman y pulen para lograr la apariencia de un marco monocasco con las mejores propiedades de marco modular Colnago.
La tradición de los cuadros modulares de carbono comenzó en Colnago a principios de los años 1990. Colnago fue la primera marca en la historia del ciclismo en introducir cuadros de carbono en equipos profesionales, ganando una carrera técnicamente exigente como la París Roubaix con el legendario C40.
Los moldes más pequeños de los módulos individuales nos permiten trabajar con mayor cuidado y obtener piezas de carbono de la más alta calidad.
